domingo, 9 de marzo de 2014

Un día en silencio

Pasar un día incomunicado, en silencio sin usar aparatos electrónicos y sin más que estar recogido en ti es realmente más difícil de lo que pueda parecer, el día que me tocaba a mi ya tuve el primer inconveniente al despertarme, necesitaba un brazalete pero no podía preguntar a nadie por uno, así que tuve que revolver media casa y al final me puse un pasada de mi hermana en el brazo, ya por el camino al instituto vi a un amigo por delante mía, para que no hubiera malentendidos preferí evitarlo y cogí por otra calle, ya en el instituto intentaron hacerme hablar, a lo largo del día en diferentes horas intentaban cogerme con la guardia baja para hacer que mediara palabra, más de una vez me tuve que morder la lengua cuando estaba a punto de pronunciar una palabra, ya en casa por la tarde, me dijeron que no tenía que hacerlo si no quería pero preferí seguirlo intentando, era un buen día para ver la tele, para jugar videojuegos o dar un paseo ya que era el día antes de un puente, pero no podía hacer nada, simplemente decidí ponerme a hacer cosas que tenía en la lista de cosas pendientes, como ordenar mi cuarto, arreglar el armario, me duche y aproveché para darme una ducha muuuuyyyy larga (creo que este mes el gas va a venir más caro...) y seguido me puse a estudiar, cuando me fui a cenar me lo tomé con calma y cuando acabé me fui a mi cuarto a seguir ordenándolo, hasta que finalmente a las 00.01 empecé a hablar y comunicarme de nuevo.
Esta experiencia me lleva a pensar que el ser humano esta hecho para comunicarse, ya que a lo largo del día me sentí frustrado e impotente porque necesitaba comunicarme para sentirme bien, todos necesitamos ser escuchados y lo contrario es motivo de infelicidad, somos una especie social, que necesita estar en grupo y no aislados aunque si es verdad que este día me llevo a profundizar en mi mismo y a conocerme un poco mejor.

Abrazarnos porque vamos a morir

Cuando nos abrazamos porque vamos a morir no es una muestra de afecto usual, se pretende que sea algo con lo que compartir la dura realidad de que vamos a palmar, criar malvas, morir... hay muchas formas de denominar este destino incierto y desconocido para todos pero real como la vida misma e inevitable, es muy fácil que esta muestra de afecto salga mal, ¨abrázame porque vamos a morir amigo¨ , lo normal es que sea tomado como una broma con el típico cachondeo o directamente te miren raro, pero si sale bien, realmente alivia la dura carga y es una muestra de afecto real, nadie sabe lo que va a ocurrir después de la muerte, puede que no haya nada, puede que después de esto se acabe todo, solo haya oscuridad, desde la visión cristiana habrá otra vida diferente después de la muerte, es cierto que no tenemos ni idea de lo que sucederá, es esto lo que hace tan desesperante la espera a este final, y es lo que hace que prácticamente todo el mundo intente hacer como si esto nunca fuera a pasar lo ven como algo lejano y que no sucederá hasta dentro de una vida pero... ¿Y cuando llegue este momento? el de aceptar la dura realidad, es por eso que esto de ¨debemos abrazarnos porque vamos a morir¨ a mi me ha ayudado a comprender que compartida esta carga es menos pesada y cuanto antes se asume que este momento llegará menos costará sobrellevarlo, también hay que asumir el peor de los casos que se acabe y no habrá nada mas, es el peor temor de cualquiera, ¿que será de mi? ¿que será de mi familia?, nadie lo sabe, por eso hemos de abrazarnos, porque todos y cada uno de nosotros vamos a morir algún día, unos antes otros más tarde pero nadie puede escapar a este incierto destino, por eso hemos de compartir la carga y abrazarnos todos, porque vamos a morir.